Es raro como pasa el tiempo, como a veces me siento, no sé, agobiada por la velocidad con que avanza la vida.
Es bueno darnos cuenta de como lo que vamos dejando atrás nos a ayudado a dar pasos e ir creciendo.
Durante la semana me pasó algo muy raro, como ese miedo que da cuando uno se ve enfrente a una especie de responsabilidad, esa responsabilidad de dar un salto gigante... ese paso de la niñez a la, por asi decirlo, adultez?
Bueno... la cosa es que hace unos días cumplí 18 años, y por primera vez experimente una especie de rechazo con esto de crecer, esa cobardia que invade a todos, esa cobardia de ver la vida ya con más responsabilidad y espectativas, ese miedo a fracasar a hacer las cosas mal...
Pero igual ese día pasó algo muy... esperanzador para mí, ese día no llovió, y para mi cumpleaños SIEMPRE llovia, fue una tan bonita excepción, siento que eso es un buen augurio de lo que se vendrá para la vida de ahora en adelante, siento que debo reflejar mis espectativas a esos bellos rayitos de sol que me llenaron de paz y esperanza ese día que pensé seria un tanto amargo. Ese día me acorde de ese dicho tan cliché "hay que cree en el sol aunque esté nublado" jajaja.
Aunque nos creamos los dueños del mundo somos tan bulnerables a los cambios, tan indefensos que siempre un pequeño impulso nos puede ayudar a cambiar nuestra perspectiva e incitarnos a no perder la fe ni la esperanza en este regalo tan hermoso como es vivir...
Un sube y baja, color y penumbra, risa y llanto, la vida es la mejor escuela, el mejor regalo del mundo :)
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